viernes, 30 de agosto de 2013

The Moor

And I was in darkness
so darkness I became


Se suele decir que las lágrimas bajo el agua ni se ven ni se sienten, en cierta manera. Cubierta de una suciedad que mancha como la duda y la conciencia, el pecho oprime los resultados de una decepción madura. Hacen falta demasiadas manos para mantener una llama cálida, cálida de confianza. Si una sola llama pudiese iluminar mis recovecos oscuros, gobernar sobre el moho y la rabia, sobre mi yo de arena..., Como un juguete poco valorado, que pasa de mano a mano sin ver crecer su universo de niñez, que se esconde en otra caja para coger más polvo. Todo lo que tengo para ofrecer cae sobre llano, en saco vacío. Arropada por una negrura expectante por hacerme titilar. Ojalá. Ojalá una estrella que me observe, una nebulosa entera para quemarme la vista, bailar para una mórbida luz celeste, siempre a la sombra de  la soledad.


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