No es que todo esté correcto, para qué engañarnos, esto es un caos, ordenado pero es mi caos. Quisiera decir muchas cosas todas juntas, sin que se me agolpasen en la garganta. Es difícil expresar ciertas emociones, que ni yo misma estoy comprendiendo hasta ahora, y qué difícil es reconocer el estar volviéndose vulnerable, pero a estas alturas ¿qué más da? Es increíble el modo en que solo con mirarte pueda conectar de esa manera, es tan intenso que me avergüenza muchas veces. Supongo que eres lo único que funciona bien por aquí o me gusta creer que es así. Hay momentos en que me arrancaría las venas para ver si sigo respirando, otras te robaría el oxígeno poco a poco hasta que sólo quedásemos tú y yo. Me gusta lo imperfecto que hay en tí. Todo parece ser distinto y nuevo. Sin saberlo has despertado una parte de mí que creía olvidada, lentamente, cachito a cachito te la has ido ganando. A veces te mataría por haberlo conseguido con tan poco esfuerzo. Contigo no es cosa de ser libre o matar la soledad a besos sino simplemente estar y saborear lo que tenemos a cada instante, pisando tierra o sin ella. Es gracioso el modo en que cambiaron las cosas y siguen cambiando. Curioso el modo en que me comprendes, como puedes hacerme querer reír y llorar al mismo tiempo, como puedo desear al abrazarte tener los brazos suficientes para fundirme contigo, como cerca nunca es suficientemente cerca, no tener dicción para describir todo lo que se me pasa por la cabeza... La incertidumbre ya no me preocupa. Cualquier error puede ser justo lo que necesitabas, y gracias a que uno luche te des cuenta de que vale la pena repetirlo. Nunca imaginé que llegases a ser lo que eres para mí ahora, pero si algo he aprendido contigo es que las malas decisiones no siempre son las peores...
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