sábado, 3 de diciembre de 2011

Is it worth the pain with no one to blame? Naaaaaa....

Puede que esta no sea ni la primera ni la última entrada que escribo con trozos del pasado en mente pero pretendo que sea la última.
Hay muchas maneras de hacerme llorar, y también muchas maneras de hacerme sonreír. Si lo primero era lo que te proponías, espero que te sientas orgulloso. Demasiado ciego has estado por demasiado tiempo, pero yo no soy quien para arrancarte la venda de los ojos, de eso ya se encargaran otros ...u otras.No tiene sentido seguir hablando con una pared que nunca me da una respuesta. Mi paciencia tiene límites, al igual que mis sentimientos, si lo que querías era verme sufrir por razones que nunca entenderé, enhorabuena, pero se ha acabado. Dicen que el tiempo cura, y parece ser cierto en algunos puntos, créeme cuando te digo que ya no podría mirarte con los mismos ojos. Puede que sea culpa del odio, de la indiferencia que llevo forjando desde hace meses o del rencor que has plantado en mi con tanto mimo. Me has obligado a reconstruirme a base de escombros rotos sin cemento para unirlos, pero al fin y al cabo estoy casi entera. Son muchas cosas las que podría echarte en cara, y muchas también las veces que he pensado que la culpa era toda mía, pero por fin lo veo todo claro, la verdad es transparente y me ha mostrado a una persona sobre la que todavía no me creo que pusiese tantos sentimientos. Cuando recuerdo las veces que hablabas de madurez, me entra la risa. Te quedan muchas lecciones por aprender, puede que tantas como a mí, pero por una vez entiendo que se puede ser muy grande, aun siendo muy pequeña. Por fin lo veo todo y te veo, tal y como eres. Toma nota para el futuro: no hagas a los demás lo que te jodió que te hiciesen a tí. 
He aprendido a dar importancia a las cosas que de verdad lo merecen. Aunque cueste, tengo que seguir mi vida contigo o sin tí. Así que vete de mi cabeza y no vuelvas.



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