domingo, 9 de octubre de 2011

Amarillo apagado

Y creo y solo creo que es la primera vez que me rindo y me dejo desparramar sobre el suelo. La primera vez que te veo decir que me quieres mirando hacia otro lado.. ¿o no es la primera?. La primera vez que me dejo morir... y sí, puede que sea el principio de un largo entierro, las piedras acumuladas en mi interior serán la tapa que cubra las heridas que ya sabes, ambos abrimos. Puede que te cueste entender un poco que la confianza es algo que tarda años en forjarse y segundos en ser destruida. Nunca me has dado suficientes razones para pasar esto por alto, ni suficientes cosas para llenar la grieta que se ha abierto en la distancia que nos va alejando..., cada vez me cuesta más creer lo que me has hecho, pero todavía más dificil es creerme lo que te he hecho a ti, y sí, no me has dejado elección.. ¿o sí lo hiciste? Impasibles los dos, viendo como nos rompemos uno en frente del otro, aparente indiferencia; tus ojos mienten demasiado bien. No eches la culpa al resto, nosotros nos destruimos. Todo era un sueño enviado a la deriva que ninguno ha recogido, y en este punto muerto que nos ha dejado sin nada, no caben las esperas, solo pasar a la acción. Y sí, lo intentamos, quizás yo más que tú o tú más que yo, pero fue en balde... Todo esto se había convertido en una fea pesadilla de la que sólo necesitaba despertar a toda costa. El daño y las cicatrices que habíamos dejado atrás, no podían desaparecer, los errores y el sufrimiento eran ya irreparables. En este punto nos separamos, te pido que no lo intentes de nuevo; una mordaza a mi corazón, ensartado entre cientos de alambres, que decía a gritos que te quiere, suena irónico decir que me alegro de que no lo escucharas...
Y sé que el beso que te di en la mejilla antes de irme fue una pobre despedida, ya no me quedaba más que decirte.. ¿o en realidad sí?Me pregunto si estarás llorando al igual que yo ahora...
No creas que eres el único que luchaste, puedo mostrarte las marcas que dejaron todos mis intentos de entrar dentro de tí, los golpes que me metí intentando derribar el muro que siempre colocas justo en el medio.
Pregúntale al mes de noviembre que nos conocimos, pregúntale al maldito césped donde nos refugiábamos, pregúntale a las mañanas y tardes en tu casa, pregúntale a las llamadas, pregúntale a todas las sonrisas fingidas para hacerte sentir mejor, pregúntale al día en que te lo dí todo, pregúntale a las lágrimas que escondía de tu vista, pregúntale a los te quieros que no respondías, pregúntale a las noches en vela pensando en qué era lo que te pasaba, pregúntale a las veces que grté para que te dieras la vuelta, pregúntale a las esperas que nunca nombré ni te eché en cara...
¿No sabes ya qué pensar de mí? Podría hacerte la misma pregunta.


No hay comentarios:

Publicar un comentario