sábado, 22 de octubre de 2011

Déjame entrar. . .

Si quieres que te abra la puerta antes debes encontrar la llave,.. y no creo que seas capaz. Es una llave muy especial, tanto que no la tengo ni siquiera. Se encuentra en los rincones menos esperados, puedes encontrarla bajo la luz de alguna que otra farola,  entre las notas de un piano, o quizás al morder una cereza, puede que se encuentre en algún banco verde, o incluso en algún olor que recuerdes. A veces se esconde entre las cuerdas de una guitarra, o tras una puerta de metal en el patio, quizás se encuentre en una sonrisa abierta, en los ojos de un niño que cree haber crecido, en frente de una fuente, o quien sabe donde... No es que la haya perdido, en realidad nunca la tuve entre mis dedos, pasó de mano a mano hasta que alguien apredió a usarla, y aunque la tuviera, no podría dártela. Te dejaré que eches un rápido vistazo.. ¿cómo te voy a dejar pasar si no hay sitio? Quien entró por primera vez se quedó aquí encerrado; para bien o para mal, no sé como sacarlo.



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