S.I.C.K.

Quizás ya sea el momento de abrir los ojos, puede que ninguno de mis esfuerzos por levantarme fuesen inútiles despues de todo. Palpo mis costillas y compruebo que estoy entera, algo no me cuadra, algo me está forzando a abrir los ojos, sigo intentando callar la voz de mi cabeza que me grita desde dentro y me trae pedazos que deberían haberse quedado en el suelo desde hace mucho. "Dolor" tatuado en relieve bajo mi piel, resquicios de algo que se ha ido y se niega a volver. A la fuerza me he obligado a caminar sin piernas, a dejar de llorar lágrimas sobre la almohada, a ser más fuerte cuando nunca me sentí más débil y el resultado no podía ser más monstruoso. Algunos se atreven a mirar dentro, dentro del caos que se rebulle en mi interior. Puede que demuestre entereza, pero por dentro siento como me muero y mi corazón se pudre poco a poco. He decidido afrontar esta carga sola, sin nadie que ponga la mano sobre mi hombro, tragarlo todo y a veces exploto. Nadie podría entener lo que hay en mí, ni ponerle fin, soy un juguete roto, tétrico y frío que mantiene los dos ojos cerrados. El odio es ya una parte que me acompaña, la desconfianza otra que siempre me abraza, puedo quemar esta cama, esta habitación que me oprime y me impide gritar, y acabar con todo esto. Me palpo las costillas de nuevo, sí, sigo entera, pero algo no me cuadra, he vuelto a derramar mis penas sobre el colchón cuando me prometí no volver a mostar esa debilidad, algo no me cuadra, tomo recuerdos, losjunto como piezas de un puzzle, los desmonto y vuelvo a montarlos, las costillas, se abren, sigo entera. Algo no me cuadra sigo sin entender, otra vez esa voz obligándome a sentir de nuevo. Reconozco los errores y también las luchas que emprendí sola, los pongo en una balanza, sigo viendo el mismo lado y me pregunto si existen los ciegos con los dos ojos abiertos. Una vez más me palpo las costillas, algo se desgarra dentro, la locura s otra parte amarga de este estado. las paredes se me caen encima y vuelvo a partirme en dos, algo grita dentro de mí, algo que quiere salir fuera y tomarse venganza, las manos sobre las costillas, se abren necrosadas por los golpes. En momentos como este solo me queda sonreir por mi propia estupidez, por ser tan frágil y creerme tan fuerte.

La paranoia es lo único que me queda.